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domingo, 15 de enero de 2012

Lo que dice una mirada. Capítulo 13.

Volvió a su casa y no le contó nada a su madre, solo le dijo que se lo había pasado genial en la fiesta. Estuvo el resto del día encerrada en casa sin comer, se conectó al Tuenti y siguió hablando con Lucía, con Josu y con alguna amiga más de clase. Le mandó un mensaje privado a Dani y otro a Paula pidiéndoles perdón por lo que había pasado y diciéndoles que no era su intención que se enfadaran, además a su amiga le puso la verdadera razón por la que había bailado con su chico: los celos. Deseaba que le perdonaran, sobre todo Paula, esperaba impaciente su respuesta.
Para su sorpresa, al día siguiente le despertó el sonido de su móvil a las doce y media del mediodía. Había dormido tan mal esa noche que no tenía fuerzas ni para coger el teléfono, antes de que cesara esa insistente melodía lo encontró bajo la almohada. Con el sueño que tenía ni siquiera miró quién le llamaba.
-¿Si?
-Hola, ¿te he despertado dormilona?
-Si...¿Quién es?
-Soy Paula.
-¡¿Paula?!
-Si, no te sorprendas tanto...Somos amigas, es normal que te llame, ¿no?
-Claro, claro, pero ¿no estabas enfadada conmigo por lo que hice?
-He leído tu privado y te entiendo, mi reacción fue un poco exagerada. Aunque la verdad, el mérito de que te haya perdonado hay que dárselo a Luci, ella es la que me ha hecho entrar en razón.
-¿Me has perdonado? Muchísimas gracias preciosa, no me gustaba nada eso de estar enfadada contigo, aunque solo haya sido un día lo he pasado fatal...
-Tranquila Carli, ya está. ¿Hoy quedamos?
-Claro que si, ¿a la hora de siempre en el sitio de siempre?
-Está bien, ahora mismo llamo a Lu y se lo digo. Adiós cari.
-¡Adiós Pau!
Después de esta conversación se animó un poco más y rápidamente encendió su portátil para ver si Josu estaba conectado para contárselo. No tuvo suerte, tendría que esperar... Por la tarde, antes de salir, se estuvo duchando y preparándose, cuando se dio cuenta ya eran las cuatro y media, tenía que salir ya de casa, si no llegaría tarde. Se despidió de su madre y fue directa al parque donde solían quedar.
Cuando llegó sus amigas ya estaban allí, Carla le volvió a pedir perdón a Paula pero ella le dijo que ya estaba perdonada, que no hacía falta volver a hablar de eso. Las tres fueron hasta la heladería que estaba junto al parque y se sentaron en la terraza, aunque ya estaban a finales de septiembre todavía hacía mucho calor en la ciudad. Carla pidió un helado de chocolate y coco, como siempre, Paula de nata y limón, su favorito, y Lucía de stracciatella y vainilla, según ella el mejor de los helados.
-¡Umm, estaba delicioso! Que hambre tenía, es lo primero que como en todo el día...
-¿Al mediodía no has comido nada, Carla?
-Eh, bueno... me dolía un poco la tripa y... Pero ya estoy bien.
-¡Tienes que comer más que te estás quedando en los huesos!
-Calla Lu, que te pareces a las viejitas de mi pueblo...
¿Qué quería decir ese “y...”? Paula, que era la que le había preguntado si había comido al mediodía, se dio cuenta de que ese “y...” ocultaba algo importante, pero no tenía ni idea lo que podía ser. Sin embargo, Lucía no sé dio cuenta de ese matiz.
Al terminar los helados, las tres volvieron al parque y allí estuvieron riendo y sacándose fotos. Antes de que se dieran cuenta ya habían pasado tres horas desde que habían quedado.
-Carla, le he contado a Paula lo que me dijiste ayer sobre Raúl y el verano... Espero que no te importe.
-No, prefiero que se lo hayas contado tu, así ahora no tengo que repetirlo. Es que tengo un problema y quería contároslo a vosotras, sois mis mejores amigas y no quiero preocuparos pero esto se me ha ido de las manos y no sé si puede llegar a ser peligroso para mi salud.
-Carla, no nos asustes... ¿Qué te ha pasado?
-Cuéntalo ya por favor, no queremos que te pase nada...
-Estoy con Pau, cuéntanoslo ya, no me pongas nerviosa...
-Chicas, es que... creo que estoy enferma...
-¡¿Qué te pasa?!
Las dos gritaron esa última frase a la vez, se estaban preocupando de verdad. Muy grave tenía que ser para que a Carla le costara tanto decirlo. Paula estaba segura de que eso tenía que ver con lo que intuyó en la conversación de la heladería y así era, la chica no se equivocaba.
-Creo que tengo anorexia.

*Bueno, esto es todo. Espero que os haya gustado este capítulo y cuando pueda pongo el siguiente :D 
POR FAVOR, tanto si os a gustado como si no, me gustaría que comentaseis para saber vuestra opinión ;)
¡Un beso! :3

7 comentarios:

  1. NO PUEDE SER.
    ¿Anorexia? O__O Eso me ha pillado un poco desprevenida.
    Sí, la sorpresa ha estado en el capítulo xDu.

    Me ha gustado ^^.

    Besos

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  2. Yo creía que diría anemia, no anorexia!

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  3. Me a encantado! pro lo de anorexia..me a pillado un poco desprevenida,pro aver q pasa en el siguiente capitulo :D

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  4. :o sin palabras... pobrecita :(
    cada vez se pone mas interesante!

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  5. Que pena me ha dado... ¡EL CAPÍTULO SIGUIENTE YA, POR FAVOR!

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  6. Lo d la anorexia m ha pillado totalmente desprevenida!!! Pero m ncanta toda la historia

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  7. estas de guasa??? anorexia????
    y k pasa con lo de su padre???
    no nos dejes en ascuas??

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