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sábado, 28 de enero de 2012

Lo que dice una mirada. Capítulo 17.

Segunda semana de octubre, sábado, siete de la mañana, tres chicas delante de una puerta que abriría doce horas más tarde. Paula, Lucía y Carla habían madrugado para conseguir entradas en primera fila para el concierto de “Soñando despiertos”, estaban muy nerviosas, lo único que querían era tener las entradas en la mano para estar tranquilas. ¡Iban a conseguir entradas en la primera fila! Todavía no se lo podían creer, eran las primeras de una larguísima cola que todavía no existía.
Las primeras horas pasaron lentas y rápidas a la vez, estuvieron cantado, leyendo y escuchando todos los temas de su banda preferida, después de tres horas la cola seguía vacía y Paula y Lucía fueron a buscar un bar para comprar algo de beber, Carla se quedó allí esperando. Unos diez minutos más tarde aparecieron Raúl y Dani acompañados de otros dos chicos que no conocía, no se sorprendió ya que ella sabía que también les encantaba ese grupo, pero se quedó pensando que ese día estaría lleno de situaciones incómodas.
-¡Hola Carla! ¿También ha venido Paula?
-¡Hola! Ya sabes que tu chica no se perdería este concierto por nada... Ha ido a un bar con Lu, ahora vendrán.
-Genial, ¡os la robaré un rato, eh!
-¡Eh Dani! ¿No nos presentas a tu amiga?
El chico pelirrojo se levantó de inmediato cuando Dani le dijo su nombre, el moreno parecía un poco más tímido y le dio dos besos educadamente, se llamaba Álvaro y el pelirrojo Jon. Estuvo charlando con ellos un rato, todos eran muy agradables, un poco brutos pero bueno... El que no abrió la boca fue Raúl, esa situación era tan extraña para él como para Carla.
Cuando las chicas llegaron se presentaron a los dos nuevos y Paula se apartó un poco con Dani, Lucía puso música a todo volumen de “Soñando Despiertos” y los cinco se pusieron a cantar. Carla estuvo bastante tiempo charlando con Álvaro, tenían mucho en común, aunque se dio cuenta de que Raúl les miraba mucho, ¿estaba celoso?
-Carla, ¿puedo hablar contigo un momento?
-¿Qué quieres ahora?
-Ven un poco más hacia aquí, no quiero que nos escuchen...Empiezo, creo que está situación está siendo muy rara para ambos.
-Si, yo también lo creo...
-Bueno, ¿te acuerdas de que me dijiste que algún día podíamos volver a ser amigos?
-Claro, algún día.
-Creo que ese día podría ser hoy, por lo menos intentarlo. Vamos a pasar juntos muchas horas y lo mejor sería llevarnos bien.
-Me parece bien, pero pase lo que pase hoy, volvamos a llevarnos bien o no, a partir de mañana todo volverá a ser igual.
-Trato hecho.
Y los dos volvieron con el pequeño grupo, por lo menos lo intentarían, no tenían nada que perder. El resto del día estuvieron charlando como si fueran amigos de siempre, todos. Pasaron el resto de la mañana los siete solos, comieron allí unos bocadillos y entre las dos y las tres de la tarde comenzó a llegar la gente. La cola interminable ya había aparecido.
Dieron las siete de la tarde, de fondo se escucharon las campanadas de una iglesia cercana y la ventanilla por fin se abrió. Las chicas cogieron entradas en el centro de la primera fila y los cuatro chicos a su lado, a Carla el día del concierto también le tocaría estar con Raúl...
Las tres se fueron a casa, Lucía y Paula no hacían más que repetirle a Carla que olvidara a su ex, que se habían dado cuenta de que Álvaro no dejaba de mirarle y que lo podían intentar. La verdad es que el chico no estaba mal, era guapo, listo y simpático, ¿podía pedir algo más?

*Espero vuestros comentarios, a ver si os gusta ;)

lunes, 23 de enero de 2012

Lo que dice una mirada. Capítulo 16.

El viernes volvió a verme, estuvimos hablando un poco sobre lo que sentía al pensar en su padre, intentó explicarme lo que era esa tristeza y ese sentimiento de vacío en su corazón. Creo que hablar sobre ello le ayudó mucho, aunque la noticia del concierto era lo que necesitaba para despejarse, tenía que ir, relajarse y disfrutar.
-¡Van a venir! ¡Van a venir!
-¿Paula? Es sábado y ¡son las diez de la mañana! ¿Se puede saber que te pasa? Tienes que dejar de despertarme...
-¡Calla! ¡Esto merece la pena! ¡Van a venir!
-Pero, ¿quiénes van a venir?
-¡”Soñando despiertos”!
-¿Qué? ¡No puede ser! ¿De verdad van a venir? ¿Cuándo?
-En un par de meses, no sé el día exacto pero vienen en diciembre. ¡Es genial!
-¡No me lo puedo creer!
-¡Pues creelo! ¡Ahora mismo voy a llamar a Lu! A las once y media donde siempre, tenemos que hablar. ¡Adiós pequeña!
-¡Adiós Pau! Te quiero.
Y Paula colgó sin decir nada más, estaba tan feliz como Carla y en un momento Lucía también estaría dando saltos de alegría. “Soñando despiertos” era el grupo preferido de las chicas, su música les encantaba y el cantante no estaba nada mal... Llevaban esperando esto demasiados meses, pero por fin habían puesto fecha fija para ir a la ciudad. A Carla se le olvidaron todos sus problemas, esa era la mejor noticia que había recibido en muchísimo tiempo.
Rápidamente se dio una ducha, se vistió y salió de casa, estaba impaciente por llegar al parque y saber todos los detalles, ¡su grupo favorito iba a ir a la ciudad! No podía explicar todo lo que sentía en ese momento, esa alegría, esos nervios, esas ilusiones, toda esa energía que necesitaba descargar de alguna forma... Llegó al parque, raro en ella, llegó pronto, estaba tan emocionada que no sabía que había ido corriendo. Unos minutos después llegó Lucía, también muy feliz, y al cabo de otro par de minutos llegó Paula saltando. Ella era la que primero se había enterado y la que tenía que informar a las demás, las otras dos chicas estaban muy nerviosas e impacientes por saberlo todo.
-¡Cuenta!
-Tranquila Lu, lo primero es lo primero, ¿habéis desayunado?
-Yo no y tengo un hambre... ¿Tu, Carla?
-Tampoco...pero no me apetece...
-Pues haz ganas que ahora nos vamos las tres a desayunar y os cuento todo lo que sé.
-Está bien...
Carla no estaba muy convencida, pero sabía que tenía que hacer un esfuerzo por ella, por sus mejores amigas, por Josu, por por su madre, y por supuesto, por su padre... Las tres chicas fueron a la heladería a la que solían ir y pidieron unos cafés y unos bollos con chocolate por adentro, cuando iban allí las tres a desayunar siempre pedían lo mismo. Aquellos cafés estaban riquísimos, se parecían mucho a los deliciosos cafés que hacían en el Starbucks de la ciudad, pero ese establecimiento estaba bastante lejos del parque a si que se tenían que conformar con los de la heladería. Les llevaron el desayuno y las chicas comenzaron a comer, esos bollos eran su debilidad.
-Bueno Paula, ¿nos lo vas a contar o qué?
-Claro que si. ¡Estoy tan emocionada!
-Todas estamos muy ilusionadas, pero Lucía y yo nos impacientamos... ¡Cuéntanos ya todo lo que sabes!
-Para empezar, será el sábado tres de diciembre a las ocho de la tarde y las entradas se empiezan a vender el sábado que viene.
Poco a poco, detalle por detalle, las tres chicas fueron planeando todo lo que harían el sábado de comprar las entradas, el día del concierto y el resto del tiempo que había entre ambas cosas. De lo que Carla no se acordó fue de que a Raúl también le encantaba la música rock y ese grupo de rock urbano era de sus favoritos, ¿se verían allí?

viernes, 20 de enero de 2012

Lo que dice una mirada. Capítulo 15.

-¿Si?
-Hola Paula. Soy Carmen, la madre de Carla.
-¡Hola!
-Acabo de hablar con Lucía y ya se lo he comentado. Ayer estuve toda la tarde buscando a los mejores psicólogos de la ciudad, mañana será la primera sesión con una chica que se llama Bárbara.
-Genial, cuanto antes mejor.
-Quería pediros a ti y a Lucía que le digáis a Carla que ir a donde una psicóloga será lo mejor. Os lo ha contado a vosotras y creo que si vosotras se lo decís os hará caso. Lucía a accedido.
-Vale, yo también. Espero que esto termine pronto y Carla se recupere rápidamente.
-Yo también...Adiós.
-Adiós Carmen.
Rápidamente llamó a Lucía para hablar sobre Carla y su nueva psicóloga, Bárbara. Quedaron en casa de Paula y allí estuvieron discutiendo como sacar el tema y más importante, como decirle que necesitaba ayuda. Aunque eso Carla ya lo sabía, cuando comenzó con todos esos problemas lo pasaba muy mal pero cuando se dio cuenta de que estaba enferma lo pasó todavía peor.
Una hora después las chicas llamaron a su amiga para que fuera a casa de Paula, también le dijeron que querían hablar con ella de algo importante. Cuando llegó Carla ya sabía de lo que sus amigas querían hablarle, a si que fue directa al grano y les preguntó si habían encontrado alguna solución. Paula y Lucía empezaron a contarle que después de unos días sin saber que hacer decidieron contárselo a su madre y que ella ya se había encargado de buscar un buen psicólogo.
-¡Muchas gracias chicas! No sé que haría sin vosotras... Solo quiero pediros un último favor.
-Lo que tu quieras.
-Lu y yo estamos aquí para todo.
-¿Mañana podrías acompañarme?
Las dos chicas asintieron, lo tenían muy presente, lo primero era que Carla mejorara. No podían soportar pensar que eso le podía llevar a un problema mucho mayor.
Al día siguiente las tres chicas fueron en busca de la psicóloga que ayudaría a Carla a superar su problemas; si, esa soy yo. Mi clínica estaba, y sigue estando, en un edificio alto con aspecto moderno, en el piso número 5. Las chicas subieron hasta allí y Carla entró, sus amigas se quedaron esperando en el pequeño recibidor. Las paredes estaban pintadas de un tono azul cielo, transmitían mucha calma y tranquilidad. Carla y yo comenzamos a charlar, al principio solo me habló de sus mejores amigas, Lucía y Paula, y de un chico que solo en un par de semanas se había convertido en su mejor amigo, Josu.
-Si quieres, háblame un poco de ellas.
-Bueno, pues Lucía es la típica chica que parece muy tímida y buena pero es una fiestera, le encanta salir y los chicos... Paula es mucho más tranquila, también le gusta salir de fiesta pero sabe controlar sus impulsos bastante mejor. Y Josu, bueno, es amable y cariñoso, pero tiene su parte de chico con un carácter muy fuerte. No sé si me estoy explicando muy bien...
-Perfectamente, te entiendo. Continúa.
Cuando tocamos el tema de Raúl fue cuando se derrumbó, me contó toda su historia, hasta el final y noté que esto se debía a algo más fuerte. También me comentó algo de un sueño que se repetía y le pedí que me lo explicara, esto lo apunté ya que me parecía que tenía un significado importante.
Como toda psicóloga, después de que me contara sus últimos problemas, le dije me que hablara un poco sobre su infancia, cosas importantes que le sucedieron cuando era pequeña, tanto buenas como malas. Primero me estuvo contando cosas buenas y divertidas, me estuvo hablando de su madre y de su padre, con esto último empezó a llorar.
-Lo siento, pero me cuesta mucho hablar sobre él... Le echo tanto de menos...
-¿Qué pasa? Si quieres que te ayude tienes que contármelo.
-De verdad, no puedo.
-¿Tus padres están separados?
-No, mi madre le sigue queriendo muchísimo, y yo también.
-Bueno, tu tranquilízate y háblame de lo que tu quieras.
En el primer momento pensé que Carla iba a ser una chica un poco complicada, era muy amable y simpática pero también era bastante cerrada, por lo menos conmigo, y era normal, no me conocía de nada. Me siguió contando cosas sobre ella y sobre su vida, pero en el último momento, unos minutos antes de que se terminara la primera sesión me confesó lo que antes no me había dicho.
-Antes de irme creo que debo decirte por qué he llorado antes, mis amigas y mi madre me están apoyando mucho y quiero recuperarme pronto, por ellas. Si para eso tengo que contártelo todo, lo haré.
-Me alegro de que pienses así Carla. Yo voy a hacer todo lo que pueda para ayudarte.
-Gracias Bárbara. Lo que no te quería contar es que mi padre murió cuando yo tenía 9 años, nunca lo superé.

*Espero que os guste :) Cuando pueda pondré el siguiente capítulo :D
  ¡Por favor, comentad que quiero saber vuestra opinión!

martes, 17 de enero de 2012

Lo que dice una mirada. Capítulo 14.

Las chicas no sabían como reaccionar ante esta confesión, es cierto que Carla había adelgazado bastante durante los meses de verano pero eso nunca lo habrían imaginado. Era algo demasiado importante, ellas estarían con su mejor amiga en todo pero necesitaban a algún adulto que les dijera que hacer, en esto no podían equivocarse ni darle un mal consejo. Después de hablarlo durante mucho tiempo, Paula y Lucía decidieron hablar con la madre de Carla. Sabían que la chica no le diría nada a nadie más, bastante que se había dado cuenta y se lo había contado a ellas, sus amigas podrían hacer algo para ayudarle.
A los pocos días de que Carla les dijera lo que le pasaba, después de tomar la decisión de hablar con su madre, en un rato que la chica pasó con Josu, sus amigas aprovecharon para ir a su casa.
-¡Hola chicas! Carla no está en casa.
-Lo sabemos, Lucía y yo veníamos a hablar contigo, Carmen.
-¿Conmigo? Pasad, pasad. Poneros cómodas, ¿queréis algo de beber?
-No, gracias.
-Como queráis. ¿De qué queréis hablar conmigo?
-Es difícil de decir... Por favor Lu, cuéntaselo tu...
-Bueno, pues... lo que pasa es que... el otro día Carla nos contó algo que nos dejó muy preocupadas y no sabíamos que hacer. Después de pensarlo mucho decidimos que lo mejor es contártelo a ti.
-Si, de esto hace unos tres días. Carla nos contó que estaba preocupada y que la situación se le había ido de las manos, lo que tu hija nos dijo fue que...
-Cree que es anoréxica...
-¿Qué? ¿Mi niña tiene anorexia?
-Nos dijo que en verano dejó de comer por todo lo que le pasó y que ahora es ya como una costumbre, que aunque quiera, si come después se siente mal, que no puede evitarlo.
-Paula y yo hemos pensado que lo mejor será un psicólogo, pero eso ya es decisión tuya Carmen. Si no te importa, nos gustaría que nos informes si tomas alguna decisión.
-Si, nosotras queremos estar con ella en estos momentos que lo está pasando tan mal y queremos saber lo que quieres hacer.
-Muchas gracias chicas, por venir aquí a contármelo y por apoyar tanto a mi hija.
-Es nuestra amiga, la queremos mucho y no vamos a dejarla sola.
-Además, venir y contarte lo que nos dijo, Lucía y yo creemos que ha sido lo mejor que podíamos hacer.
-Si, yo también creo que ha sido lo mejor. Ahora mismo me voy a poner a buscar psicólogos en la ciudad para que Carla empiece a ir cuanto antes. ¡Pobrecita mi niña!
-Nosotras nos vamos.
-Adiós Carmen.
-Adiós chicas. Mañana os llamo y os cuento.
Paula y Lucía salieron del edificio, estaban muy preocupadas por Carla y esperaban que su madre encontrara un buen psicólogo que le ayudara a superar sus problemas
Mientras, en un pequeño parque donde no había nadie, Carla y Josu se sentaron sobre el césped y comenzaron a charlar. Carla no sabía que en ese mismo momento su madre estaba buscando al mejor psicólogo de la ciudad para ayudarle, pero se le volvió a pasar por la cabeza contarle todo a Josu. Cuando comenzó a oscurecer, antes de volver a casa, Carla le contó a su mejor amigo que pensaba que tenía anorexia. Josu tardó en reaccionar, ¿anorexia? Si, eso había dicho. El chico se preocupó mucho, también le pareció un poco raro que se lo dijera así sin más... Y más extraño era que la chica se hubiera dado cuenta ella sola. No podía imaginar que su amiga guardaba un secreto todavía peor.

*¡Espero que os guste y que os deje con algo de intriga! Comentad que quiero saber vuestra opinión ;)
  Estos días estoy un poco liada, pero intentaré subir capítulos y poner adelantos en el Tuenti (Loque Dice Una Mirada) siempre que pueda :D
  ¡Un beso! :3

domingo, 15 de enero de 2012

Lo que dice una mirada. Capítulo 13.

Volvió a su casa y no le contó nada a su madre, solo le dijo que se lo había pasado genial en la fiesta. Estuvo el resto del día encerrada en casa sin comer, se conectó al Tuenti y siguió hablando con Lucía, con Josu y con alguna amiga más de clase. Le mandó un mensaje privado a Dani y otro a Paula pidiéndoles perdón por lo que había pasado y diciéndoles que no era su intención que se enfadaran, además a su amiga le puso la verdadera razón por la que había bailado con su chico: los celos. Deseaba que le perdonaran, sobre todo Paula, esperaba impaciente su respuesta.
Para su sorpresa, al día siguiente le despertó el sonido de su móvil a las doce y media del mediodía. Había dormido tan mal esa noche que no tenía fuerzas ni para coger el teléfono, antes de que cesara esa insistente melodía lo encontró bajo la almohada. Con el sueño que tenía ni siquiera miró quién le llamaba.
-¿Si?
-Hola, ¿te he despertado dormilona?
-Si...¿Quién es?
-Soy Paula.
-¡¿Paula?!
-Si, no te sorprendas tanto...Somos amigas, es normal que te llame, ¿no?
-Claro, claro, pero ¿no estabas enfadada conmigo por lo que hice?
-He leído tu privado y te entiendo, mi reacción fue un poco exagerada. Aunque la verdad, el mérito de que te haya perdonado hay que dárselo a Luci, ella es la que me ha hecho entrar en razón.
-¿Me has perdonado? Muchísimas gracias preciosa, no me gustaba nada eso de estar enfadada contigo, aunque solo haya sido un día lo he pasado fatal...
-Tranquila Carli, ya está. ¿Hoy quedamos?
-Claro que si, ¿a la hora de siempre en el sitio de siempre?
-Está bien, ahora mismo llamo a Lu y se lo digo. Adiós cari.
-¡Adiós Pau!
Después de esta conversación se animó un poco más y rápidamente encendió su portátil para ver si Josu estaba conectado para contárselo. No tuvo suerte, tendría que esperar... Por la tarde, antes de salir, se estuvo duchando y preparándose, cuando se dio cuenta ya eran las cuatro y media, tenía que salir ya de casa, si no llegaría tarde. Se despidió de su madre y fue directa al parque donde solían quedar.
Cuando llegó sus amigas ya estaban allí, Carla le volvió a pedir perdón a Paula pero ella le dijo que ya estaba perdonada, que no hacía falta volver a hablar de eso. Las tres fueron hasta la heladería que estaba junto al parque y se sentaron en la terraza, aunque ya estaban a finales de septiembre todavía hacía mucho calor en la ciudad. Carla pidió un helado de chocolate y coco, como siempre, Paula de nata y limón, su favorito, y Lucía de stracciatella y vainilla, según ella el mejor de los helados.
-¡Umm, estaba delicioso! Que hambre tenía, es lo primero que como en todo el día...
-¿Al mediodía no has comido nada, Carla?
-Eh, bueno... me dolía un poco la tripa y... Pero ya estoy bien.
-¡Tienes que comer más que te estás quedando en los huesos!
-Calla Lu, que te pareces a las viejitas de mi pueblo...
¿Qué quería decir ese “y...”? Paula, que era la que le había preguntado si había comido al mediodía, se dio cuenta de que ese “y...” ocultaba algo importante, pero no tenía ni idea lo que podía ser. Sin embargo, Lucía no sé dio cuenta de ese matiz.
Al terminar los helados, las tres volvieron al parque y allí estuvieron riendo y sacándose fotos. Antes de que se dieran cuenta ya habían pasado tres horas desde que habían quedado.
-Carla, le he contado a Paula lo que me dijiste ayer sobre Raúl y el verano... Espero que no te importe.
-No, prefiero que se lo hayas contado tu, así ahora no tengo que repetirlo. Es que tengo un problema y quería contároslo a vosotras, sois mis mejores amigas y no quiero preocuparos pero esto se me ha ido de las manos y no sé si puede llegar a ser peligroso para mi salud.
-Carla, no nos asustes... ¿Qué te ha pasado?
-Cuéntalo ya por favor, no queremos que te pase nada...
-Estoy con Pau, cuéntanoslo ya, no me pongas nerviosa...
-Chicas, es que... creo que estoy enferma...
-¡¿Qué te pasa?!
Las dos gritaron esa última frase a la vez, se estaban preocupando de verdad. Muy grave tenía que ser para que a Carla le costara tanto decirlo. Paula estaba segura de que eso tenía que ver con lo que intuyó en la conversación de la heladería y así era, la chica no se equivocaba.
-Creo que tengo anorexia.

*Bueno, esto es todo. Espero que os haya gustado este capítulo y cuando pueda pongo el siguiente :D 
POR FAVOR, tanto si os a gustado como si no, me gustaría que comentaseis para saber vuestra opinión ;)
¡Un beso! :3

viernes, 13 de enero de 2012

Lo que dice una mirada. Capítulo 12.

El sol entraba por la ventana, un suave ruido de guitarra le despertó, se vistió ya que había dormido con una camiseta larga de Josu, olía a él. La pequeña entró en la habitación y estuvo hablando un poco con Carla, después le dijo cuál era la habitación de Josu y se fue corriendo a la cocina para desayunar. Carla no sabía si bajar con Naroa o ir a ver si Josu se había despertado, decidió ir a la habitación de su amigo y tocó la puerta.
-¡Pasa!
-Buenos días. ¿Eras tú el de la guitarra?
-Si, me gusta tocar por las mañanas. ¿Te he despertado?
-Si, pero no importa, es muy relajante despertarse así. ¡Tocas genial! Algún día tendrás que enseñarme.
-¿Te gustaría aprender a tocar la guitarra?
-Me encantaría, pero con que me enseñes lo básico me llega.
-Algún día... ¿Sabes? Te has puesto guapísima para venir a visitarme a mi habitación.
-¡Qué payaso! No sé si te acuerdas de que ayer fuimos a una fiesta y después vine aquí, no tengo ropa para cambiarme...
-Me acuerdo, me acuerdo... Pero te repito que estás muy guapa. ¿Vamos a desayunar?
Carla asintió y los dos fueron a la cocina, allí estaban la madre, el padre y la hermana de Josu, todos eran muy simpáticos y amables con ella. Echaba muchísimo de menos esos desayunos en familia, riendo y hablando un poco de todo, eso si que era empezar bien el día. Al terminar de desayunar Carla y Josu fueron a la habitación del chico y estuvieron hablando, Carla no sabía si contarle lo que le pasaba o no. Recordaba que un día le dijo que primero tenía que hablar con sus amigas, pero ahora Paula no quería saber nada de ella... Su vida estaba llena de problemas, pero Josu conseguía hacerle sonreír, le estaba tocando una canción con la guitarra pero el teléfono de Carla le interrumpió.
-¿Si?
-Hola Carla, soy Lucía. ¿Dónde estás?
-Hola guapa. Estoy en casa de Josu.
-¿Puedes pasarte ahora por mi casa? Paula ya se ha ido a la suya, ayer por la noche me estuvo contando lo que pasó, estaba enfadadísima pero se le pasará.
-Eso espero...En un rato estoy ahí. Chao, te quiero.
-Adiós cielo. ¡Un beso!
Josu llevó a Carla en moto hasta la casa de Lucía, allí se despidieron y la chica entró. Esperaba que después de hablar con su amiga, esta le entendiera y no se enfadara. Con Paula cabreada con ella ya tenía más que suficiente...
Carla le explicó todo lo que pasó la noche anterior a su mejor amiga, le dijo que todo fue para poner celoso a Raúl y que ella, en el lugar de Paula, también se habría enfadado mucho. Lucía le entendía y no se enfadó pero sabía que Carla hizo mal. También le dijo que ella no se iba a poner de parte de ninguna ya que el problema no tenía nada que ver con ella pero que haría todo lo que pudiera para que se perdonaran y volver a estar las tres juntas.
De repente Carla se puso a llorar y le contó a Lucía muchas cosas, aunque no toda la verdad. Le explicó su ruptura con Raúl, como le vio liarse con otra en el parque, que lo pasó fatal durante todo el verano y que lo seguía pasando mal todos los días en el instituto viendo a su ex por los pasillos. Lucía se alegró de que confiara en ella como para contarle todo eso, sabía que para Carla era complicadísimo hablar sobre el tema, al mismo tiempo se sentía fatal. Entendía que lo hubiera estado pasando tan mal y Carla había cambiado mucho en la forma de afrontar los problemas después de lo de su padre...

*¡ESPERO QUE OS GUSTE! Sé que muchas chicas esperabais que pasara algo entre Carla y Josu, pero ¡tiempo al tiempo! En los siguientes capítulos ya veréis lo que pasa... Mucha gente me ha pedido que le de un pequeño adelanto de como continúa la historia, lo único que diré es: el capítulo 13 termina con sorpresa. Cuando pueda lo pongo :D
Un beso :3

jueves, 12 de enero de 2012

Lo que dice una mirada. Capítulo 11.

Josu y Carla siguieron hablando un rato sentados en la cama de Lucía sobre lo que había pasado esa noche hasta que la chica se tranquilizó un poco. Josu estaba empezando a pensar que tenía más problemas que Raúl pero no quería preguntarle nada, se conocían desde hacía un par de semanas y, aunque se llevaban muy bien y tenían mucha confianza, no quería presionarla.
-Josu...Te tengo que preguntar una cosa...
-Dime.
-Mira, es que... hoy Paula y yo nos íbamos a quedar a dormir aquí con Lucía, pero, con lo que ha pasado... Paula está muy enfadada conmigo y... creo que lo mejor sería ir a dormir a mi casa... Pero, por otro lado...si voy a mi casa le tendré que explicar todo a mi madre y, sinceramente, no tengo ganas de decirle la verdad aunque tampoco quiero mentirle...
-Te entiendo, pero ¿qué tengo yo que ver con eso?
-Es que me da un poco de vergüenza...Bueno, ¿te importaría si... duermo en tu casa?
-¡Claro que no!
-¿En serio? ¡Muchísimas gracias Josu!
Se dieron un abrazo y salieron de la habitación, eran las dos de la madrugada y la gente se empezaba a ir. Carla antes de irse con Josu fue a hablar con Lucía, tenía que decirle que esa noche no se quedaría a dormir en su casa.
-Pero, ¿por qué? ¿Dónde vas a dormir?
-Voy a dormir en casa de Josu y el por qué seguro que te lo cuenta Paula. Solo quiero que sepas, y que le digas a ella, que no es lo que parece. Mañana hablamos y te lo explico todo con calma.
-Está bien...
-Adiós Lu.
-Adiós, te quiero.
Se despidieron y ella y su amigo fueron a casa de Josu. Estaba un poco nerviosa y no sabía por qué, era la primera noche que dormía en casa de un chico que no fuera de su familia. Aunque había estado muchas veces en casa de Raúl, y él en la suya, cenando y algunos días hasta muy tarde, nunca se había quedado a dormir.
-¡Móntate! Ponte este casco.
-¡¿Tienes moto?! Creo que hay muchas cosas que no sé de ti...
-Lo mismo digo.
Ese chico que llegó a su clase cuando más necesitaba un hombro en le que llorar le estaba sorprendiendo mucho, y cuando ella le dijo que había muchas cosas que no sabía de él y Josu le contestó que le pasaba lo mismo, pensó en contárselo todo, absolutamente todo.
En quince minutos llegaron a casa de Josu, a Carla le encantaba ir en moto, estaba convenciendo a su madre para que le dejara sacarse el carnet pero no estaba muy segura, decía que era muy peligroso.
Cuando entraron en la casa su madre estaba allí, Josu le dijo al salir de la fiesta que a las dos llegaba a casa de trabajar. No sabía que decirle, igual pensaba que estaba saliendo con su hijo...
-¡Hola mamá! Ya he llegado.
-¡Hola! ¿Qué tal la fiesta, hijo?
-Muy bien. Oye, he traído a una amiga, ¿puede quedarse a dormir esta noche?
-¡Claro! Puede dormir con tu hermana. ¿Cómo te llamas, guapa?
-Carla.
-Encantada Carla. Josu, vete a enseñarle la habitación.
-Si, mamá. Vamos Carla.
-¿Tienes una hermana? ¡No me cuentas nada!
-Sí, se llama Naroa y tiene 7 años. Es muy simpática, seguro que os lleváis bien.
Josu le acompañó hasta la habitación de su hermana pequeña. Naroa estaba despierta, es una niña muy guapa y alegre y a Carla le cayó muy bien desde el primer momento, le recordaba un poco a Josu. El chico se despidió de las dos y se fue a su habitación, mientras Naroa y Carla estuvieron hablando un poco antes de dormir.
-¿Tú eres la novia de mi hermano?
-¿La novia? No, Josu y yo solo somos amigos.
-¿A sí? Pensaba que eras su novia porque el me dijo un día que te quiere mucho.
-Yo también le quiero mucho, pero como amigos.
-¡Qué raros sois los mayores! Hasta mañana Carla.
-¡Hasta mañana enana!

*Capítulo 11 terminado ;) Espero que os haya gustado, cuando pueda pongo el número 12 :3

martes, 10 de enero de 2012

Lo que dice una mirada. Capítulo 10.

Después de que Josu y Carla estuvieran hablando un rato, ambos volvieron al salón ¡la fiesta tenía que continuar! Ella había decidido pasar de él, por lo menos esa noche, quería divertirse y no iba a permitir que Raúl le estropeara la fiesta que tanto tiempo estuvo organizando. Con ayuda de su amigo iba a conseguirlo, pasaría de él, a partir de ese momento ese crío no existía para ella.
Ya estaba cansada de bailar, llevaba una hora igual y necesitaba descansar, además ¡estaba muerta de hambre! Paula y ella fueron hasta el comedor a picar algo de lo que habían estado cocinando durante toda la tarde, todo estaba delicioso.
-¿Qué tal te lo estás pasando?
-Muy bien y ¿tu?
-Yo genial, pero ¿seguro qué tu te lo estás pasando bien? Es que antes he visto a Raúl con Marta y...
-No me importa, en serio. Raúl es agua pasada.
-¿De verdad?
-¡De verdad!
Le dio un beso en la mejilla a su amiga y volvió corriendo a la pista de baile. Paula tenía razón, Raúl y Marta estaban todo el rato juntos, hasta ahora como siempre que lo miraba estaba completamente rodeado de chicas no se había dado cuenta de que ellos dos estaban muy juntos. Recordaba la conversación con Josu, intentaba no prestarle atención y divertirse, pero los celos podían con ella. Se acercó bailando a un lado del salón donde había un círculo de chicos de ambas clases, después de estar unos minutos charlando y bailando con alguno de ellos cogió de la mano al que más cerca tenía, que casualmente era Dani, y lo sacó a bailar. Raúl también se puso en el centro del salón con Marta, los celos volvieron a invadir a Carla, no podía controlar lo que estaba haciendo y le pasó la mano por el pelo a Dani alborotándoselo un poco , como antes solía a hacerle a Raúl. El chico, también celoso, después de ver eso y de recordar sus mejores momentos con Carla se acercó un poco más a Marta y le acarició la mejilla; así era como contestaba él cuando su chica le despeinaba. Carla no sabía si ir a donde Marta y montarle una buena bronca o seguir intentando poner celoso a Raúl, lo que ella si que no sabía era que lo estaba consiguiendo. Se acerco lentamente al novio de su amiga y estuvo a punto de besarle pero en ese momento recordó a Paula y solo le dio un beso en la mejilla. Su ex acercó a su pareja de baile y le beso en los labios, un beso corto y sin amor pero sirvió para que Carla subiera rápidamente a la habitación de una de sus mejores amigas. Paula lo había visto todo y mientras la chica subía las escaleras de la casa la paró, quería hablar con ella.
-¿Tu de qué vas?
-¿Yo?
-Si, tu. No entiendo porqué tonteas con mi novio y encima conmigo delante.
-No estaba tonteando con Dani, Paula...
-¿No? ¡No soy tonta, Carla! Te he visto y que sepas, que esto no te lo perdono.
-¡Espera Paula!
Pero su amiga se fue sin decirle nada más, estaba muy enfadada y eso hundió a Carla todavía más. Se encerró en el cuarto de Lucía y alguien llamó a la puerta.
-¿Se puede? Soy Josu.
-Pasa. No puedo creer que estés aquí, preocupándote por mi otra vez...
-Ya te lo he dicho antes, voy a estar contigo siempre que me necesites cerca.
-Gracias, pero esto no puede seguir así. ¡Es la segunda vez en toda la noche que me tengo que ir y me pongo a llorar!
-Tranquila...¿Qué ha pasado?
Carla le contó a Josu sus intentos para ponerle celoso y al final, la que acabó mal, fue ella...

*POR FAVOR comentad a ver que os parece ;)

domingo, 8 de enero de 2012

Lo que dice una mirada. Capítulo 9.

Viernes, último día para terminar de prepararlo todo. El sábado por la mañana las chicas querían tenerlo todo más que listo para la noche, después de la fiesta Carla y Paula se quedarían a dormir en casa de Lucía; en principio ese era el plan... Las tres iban con unos vestidos espectaculares, preciosas, como siempre. Carla llevaba el que se había comprado el jueves, Paula uno morado de palabra de honor y Lucía uno azul turquesa con una flor de un azul más oscuro en la cintura y en el pelo, seguro que todos los chicos iban a desear que no tuvieran novio y les iba a encantar que les concedieran un baile.
La casa también estaba genial, las chicas habían hecho un gran trabajo decorándola; suerte que Lucía vivía en una casa a las afueras de la ciudad y no en un edificio con muchos vecinos. En el inmenso salón había una gran bola de discoteca, además de una mesa de mezclas para el DJ, que era el novio de Lucía. En el comedor había una mesa alargada enorme con comida y bebida, el pasillo estaba decorado con luces de colores y las demás habitaciones de la casa estaban cerradas; sus padres confiaban en ella y Lucía no quería ningún problema.
Todas estaban muy nerviosas, no dejaban de preguntarse qué les parecería a su compañeros; si todos se divertían hablarían bien de esa noche durante bastante tiempo, pero si no se lo pasaban bien no querrían ir a ninguna fiesta más organizada por alguna de las tres. Faltaba media hora para que comenzara y Josu y Dani, novio de Paula y mejor amigo de Raúl, llegaron a la casa por si las chicas necesitaban ayuda para terminar. Poco después apareció Marcos, el DJ, y Lucía y él subieron a su habitación, Paula y Dani salieron al jardín y en el salón solo quedaron Carla y Josu.
-¿Preparado para pasarlo bien?
-Claro que sí, la verdad es que esto está genial. Y tú ¿qué? ¿preparada para olvidarte de tus problemas?
-Para eso siempre estoy preparada, pero el olvido y yo no nos llevamos bien, tengo buena memoria.
-Bueno, tu pásalo bien y resérvame un baile.
-¿Solo uno? A ti te reservo los que tu quieras.
-¡Oh, gracias! ¡Me siento afortunado!
-Ja ja ja
-¡Ah, qué sabes pillar ironías!
-¡Bobo!
-¡Chicos, chicos, faltan cinco minutos! ¡Qué nervios!¿Dónde están Dani y Paula?
-Han salido, voy ahora a avisarles. Y Lu, ¡tranquilízate!
-No puedo Carla, ¡no puedo!
Carla fue a avisar a la pareja que estaba en el jardín de que faltaban cinco minutos para que la gente empezara a llegar y de que a Lucía iba a darle un ataque de nervios. Los tres entraron en la casa y se sentaron en el sofá. En el momento en el que llamaron a la puerta Marcos fue a poner música y Lucía a abrir; entraron los primeros seis invitados y en menos de diez minutos ya había sobre unas 40 personas de 54 que habían invitado. Todos estaban bailando, Paula con Dani y Carla con Josu, volvieron a tocar el timbre y Lucía fue a abrir la puerta, era Raúl. Carla, mientras bailaba, le vio entrar vestido con un jersey morado, unos pantalones negros y una bufanda de verano al cuello, un conjunto que le había regalado ella por su cumpleaños, cuando estaban juntos... Josu notó que de repente la expresión de Carla había cambiado por completo, ya no estaba feliz y alegre como hacía unos segundos, su mirada estaba centrada en algo y cuando se giró vio al causante de la tristeza de su amiga. Ella seguía pensando en que estaba guapísimo y no pudo evitar llorar, salió corriendo y Josu al quedarse sin pareja de baile fue tras ella.
-¿Siempre que me vaya corriendo vas a venir detrás de mi?
-Si me necesitas cerca, sí.

*¡Esto es todo! Espero que os guste y comentad a ver que os parece :)
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sábado, 7 de enero de 2012

Lo que dice una mirada. Capítulo 8.

Dos situaciones incómodas con Raúl en el mismo día, y estaba a punto de ocurrir la tercera.
Carla estuvo el resto de la mañana pensando en la conversación que había tenido con Raúl, todo había sido muy extraño. No dejaba de darle vueltas a sus palabras, iban a volver a ser amigos, algún día, tal vez dentro de poco tiempo o igual dentro de mucho, pero serían amigos otra vez. Su enfado se había pasado casi por completo, el amor era más fuerte; además le había pedido disculpas y le había dicho que le quería ¿qué más podía pedir? Lo hecho, hecho está y no podía cambiar nada de todo lo que había sucedido, tendría que vivir con ello.
Un poco más feliz salió del instituto cuando terminaron las clases, pero esto no le duró mucho. En el momento en el que salía vio a Raúl y a una chica apoyados el muro y besándose. ¿Otra vez ella? No, la otra era rubia, esta era morena. No supo como reaccionar ante esto, ya no eran novios y no tenía motivos para enfadarse pero lo cierto era que estaba muy celosa. Echaba de menos esos momentos románticos con él y no pudo evitar salir corriendo. Cuando ya estaba lo suficientemente lejos del instituto se sentó en un banco y comenzó a llorar, no se dio cuenta de que Josu le había visto alejarse corriendo y de que fue tras ella.
-¿Qué te pasa?
-¿Qué haces tu aquí?
-Lo siento, no quería seguirte pero te he visto irte corriendo y me he preocupado.
-No pasa nada, gracias por preocuparte por mi.
-Bueno, y ¿qué ha pasado?
-Nada, de verdad. Estoy bien...
-Yo creo que si estás llorando no es porque estás bien.
-Es que ha vuelto a pasar, ¡ha pasado otra vez!
-¿Qué es lo que ha vuelto a pasar?
-Raúl estaba con otra. Le he visto otra vez besándose con otra. No puedo creerlo, ¡después de lo que me dijo! Y yo, tonta de mí, le dije que podíamos ser amigos otra vez. Soy una ingenua y una estúpida... Lo peor es que no tengo motivos para estar así, tendría que estar feliz y pensando que ponerme en la fiesta, que todavía no tengo vestido; pero no, lo estoy pasando mal por ese imbécil...
-Creo que me he perdido algo...
Y así Carla le contó a Josu que hacía un año conoció a Raúl, que se hicieron muy buenos amigos y cómo empezaron a salir. También le dijo que le quería muchísimo pero que en verano un día que le dijo que había tenido un problema familiar y que no podía quedar con ella, Carla fue a la ciudad y allí le pilló con otra. Josu no sabía que decir, no imaginaba que una chica tan dulce como Carla pudiera estar enamorada de un creído como Raúl.
-Todavía le quieres, ¿no?
-Demasiado...
-Lo siento, de verdad, pero creo que tu puedes estar con alguien mejor. Eres una chica guapa y lista, cualquier chico está deseando que te fijes en él. Tienes que superar todo el daño que te ha hecho Raúl, Carla.
-Lo sé y lo he intentado, pero no puedo. Mientras le siga queriendo como ahora no puedo olvidar lo que me hizo...
-Sabes que yo voy a estar aquí para lo que quieras.
-Gracias Josu, es genial tener un amigo como tú. Una última cosa, no menciones nada de esto delante de Paula y de Lucía, no saben nada.
-¿No le has contado todo eso a tus mejores amigas?
-Lo iba a hacer al venir de vacaciones pero no tenía fuerza, me duele mucho recordarlo... Además, no quiero que se preocupen, son muy importantes para mi y no quiero que sufran por mi culpa.
-Tu verás, pero creo que deberías hablar con ellas.
Carla le dio un beso en la mejilla, se sentía bien cuando estaba con él. Josu si era un amigo de verdad.
Después de este duro miércoles la chica necesitaba descansar, el jueves fue con Paula y con Lucía al centro comercial, no tenía nada para ponerse en la fiesta del sábado. Después de una tarde entera mirando vestidos decidió comprarse uno de encaje rosa y negro, era precioso y le quedaba genial. Por un momento le pasó por la cabeza una imagen suya entrando a la fiesta con Raúl, ¡eliminar pensamiento! Como le había dicho Josu, tenía que olvidarle.

*Espero que os guste este capítulo ;) Os recuerdo que podéis seguirme en Twitter (@LQDM_minovela) y agregarme al Tuenti (Loque Dice Una Mirada) ¡Gracias por leer mi novela! :D

jueves, 5 de enero de 2012

Lo que dice una mirada. Capítulo 7.

Poco a poco pasaban los días, unos más lentamente que otros, Carla seguía intentando aparentar normalidad aunque la verdad es que ver a Raúl no le hizo ningún bien, por suerte tenía a Josu, a Lucía y a Paula. Ella no era la única que lo estaba pasando mal, Raúl también estaba sufriendo mucho, ambos en silencio, sin contarle a nadie sus problemas.
A pesar de la gente que le apoyaba, Carla se sentía sola, notaba que no podía con nada, que era demasiado débil ante todo... Lo único que le hacía desconectar un rato de sus pensamientos era organizar la fiesta en casa de Lucía.
El martes ya estaba toda la fiesta planeada, música, comida, bebida, gente que iba a ir,... Al final decidieron invitar a las dos clases de 1º, hicieron invitaciones para que no se les olvidara nadie y las repartieron el miércoles. Todo iba genial hasta que las tres entraron en la clase de 1º B antes de que salieran al recreo para darles las invitaciones. Cada una cogió unas cuantas y se pusieron a repartirlas, Carla tuvo la mala suerte de que le tocó darle la invitación a Raúl. Fue un momento muy incómodo para ambos. Ella se la dio sin mirarle a la cara, no tenía fuerza, y él no fue capaz ni de mover la cabeza, sabía que toda la culpa era suya y se sentía mal, muy mal; pero no tenía pensado reconocerlo.
Después del recreo, Carla fue a su taquilla a buscar los libros para la tercera hora. Le estaba costando demasiado olvidar a Raúl, cruzarse con él por los pasillos todos los días no ayudaba y el extraño encuentro que habían tenido hoy, menos. Ese chico por el que tanto estaba sufriendo pasó por ese pasillo y se dirigió a donde estaba ella, cuando esta lo vio se sorprendió mucho. Los dos se miraron a los ojos, Raúl cada vez estaba más convencido de que Carla le había enamorado, su Carla, su vida, su cielo y su sol, su ex... Durante unos segundos se perdió en sus preciosos ojos verdes y olvidó por completo lo que iba a decirle.
-¿Hola?
-Hola Carla...
-¿Que quieres?
-Aunque no creo que te apetezca, yo venía a hablar contigo.
-Pues, sinceramente no, no tengo muchas ganas; pero te escucho.
-Gracias. Para empezar quería pedirte perdón por todo lo que pasó, sé que no hice bien y me encantaría que me perdonaras; también sé que no lo vas a hacer y que te da igual si yo me siento mal o no... Aunque no quieras seguir conmigo, que sepas que te echo mucho de menos y que me gustaría ser tu amigo, no quiero llevarme mal con nadie y menos contigo.
-La verdad es que no me imaginaba que tu pudieras venir a donde mi, reconocer lo que hiciste mal y además pedirme perdón. Me has sorprendido...
-Bueno, supongo que esa sorpresa será buena, ¿no?
-Muy buena. De todas formas no sé si puedo perdonarte así sin más y fingir que no ha pasado nada...
-A ver, yo no te pido que me perdones ahora mismo, solo te digo que poco a poco me encantaría que fuésemos cogiendo algo de confianza y poder pensar que en un tiempo podemos volver a ser amigos.
-Está bien. De momento no te perdono del todo, pero en un futuro podemos llegar a ser amigos otra vez.
-Gracias Carla, te quiero.
Y así, sin más, Raúl se fue y Carla se quedó con la boca abierta ¿le había dicho “te quiero”? Si. Raúl le había dicho “te quiero”. Estaba a punto de ponerse a llorar cuando Paula fue a donde ella y le dijo que tenían que ir a clase, esas lágrimas tendrían que esperar.

miércoles, 4 de enero de 2012

Lo que dice una mirada. Capítulo 6.

La segunda semana de instituto empezó con un lunes como otro cualquiera, pero a Carla le esperaba en clase una gran sorpresa. Ese lunes de septiembre iba a entrar por la puerta de 1º A un chico que cambiaría su vida, Josu.
Él es un poco más alto que ella, rubio, de ojos marrones y con una gran sonrisa; en el momento en el que le vio entrar por la puerta se preguntó quién era más guapo ¿Raúl o él?, no se supo responder. Al volver a pensar en su ex le invadió un sentimiento de tristeza, lo echaba de menos; en ese mismo instante, después de presentarse ante la clase, el chico nuevo se sentó junto a ella. Cuando le habló un escalofrío recorrió su cuerpo, se acordó de cuando conoció a Raúl. También fue en clase, él se cambió al instituto de Carla en 4º de E.S.O. y se sentaban juntos. En el recreo comenzaron a hablar y ambos se dieron cuenta de que tenían mucho en común, se hicieron muy buenos amigos y cuatro meses después de conocerse comenzaron a salir... Tenía que acabar con sus recuerdos y volver al mundo real, eso todo ya no existía, formaba parte del pasado y ahora el nuevo compañero le estaba hablando.
-Hola soy Josu. ¿Tu cómo te llamas?
-Hola, yo soy Carla.
-Encantado.
-Igualmente. ¿Eres nuevo en la ciudad o solo has cambiado de instituto?
-Soy nuevo en la ciudad y todavía no conozco a nadie...
-Bueno, ya tienes una amiga.
El chico sonrió y Carla pudo ver su magnífica sonrisa, esos dientes blancos y perfectos, pensó que todas las chicas de clase estarían pensando en como ligar con él. Siguieron charlando durante las dos horas de clase antes del descanso, de nada en concreto, uno preguntaba algo y el otro le contestaba con máxima sinceridad; desde el primer momento empezaron esa amistad con buen pie.
Durante la media hora de recreo estuvieron hablando y conociéndose un poco. Josu era encantador, además de guapo, listo, divertido, amable,... Carla pensó que no se parecía en nada a Raúl, el solo se portaba bien cuando estaba con ella, con los demás era un completo idiota; otra vez el sentimiento de tristeza y soledad... Josu notó que algo le pasaba e instintivamente le dio un abrazo, un abrazo sincero y preocupado, un abrazo de amigos. En ese momento los dos se dieron cuenta de que entre ellos había una conexión especial, que ambos se entendían.
En una semana cogió mucha confianza con Josu, le recordaba un poco a la amistad que tuvo con Raúl cuando este se cambió a su instituto; aunque esto era diferente, lo sentía en su interior. Tenía un presentimiento de que serían amigos durante mucho tiempo, aunque solo amigos, nada más, como insinuaban todos los de su clase. La mayoría de sus compañeros pensaba que salían juntos, o que por lo menos se gustaban, incluido un chico que apareció por el instituto la tercera semana de clase. Nada más llegar Raúl les vio a ellos dos solos, riendo y muy juntos, se le calló el alma al suelo pero conservó su imagen de chico duro. Todavía no había reconocido, ni mentalmente, que seguía enamorado.

*Espero que os guste este capítulo :) No sé cuántas veces lo he dicho hoy durante todo el día pero lo repito, muchísimas gracias a todas las personas que están leyendo mi novela. Cuando comencé a escribirla no pensé que a tanta gente le iba a gustar ni que tanta gente se iba a sentir identificada. 

MUCHÍSIMAS GRACIAS, CON VUESTRO APOYO ES MUCHO MÁS FÁCIL ESCRIBIR ;)

martes, 3 de enero de 2012

Lo que dice una mirada. Capítulo 5.

Volver a la normalidad es difícil, pero Carla hizo un gran esfuerzo para salir de aquella fuerte depresión, al menos aparentemente. Le costó mucho, aunque al final consiguió ir a clase con la mayor naturalidad que le era posible aparentar. En su interior seguía dentro de ese terrible agujero, su mente se negaba a aceptar todo lo que ella no quería que hubiese sucedido, pero eso desde fuera no se notaba, no había ninguna persona que la conociera tanto como para saber que algo ocurría; exceptuando a sus amigas, que pensando que sería mejor para Carla, dejaron pasar todo y no volvieron a sacar el tema de Raúl, ellas creían que todos sus problemas eran culpa suya, no se les pasaba por la cabeza que podían estar equivocadas.
El primer día fue extraño, no quedó con ninguna de sus amigas para ir a clase pero cuando se encontró con ellas les habló como si todo fuese normal, ignorando todas las llamadas que no les había cogido.
  • ¡Cariño! ¿Qué tal el verano Carli?
  • ¡Paula estás guapísima! Me encanta como te queda el flequillo recto. Y el verano, tirando...¿Y vosotras?
  • Nosotras muy bien, Paula y yo llevamos aquí un par de semanas; ya sabes, de fiesta, como siempre.
  • Cualquiera diría que eres la más tímida Lucía, ¡siempre estás de fiesta! Aunque Paula seguro que todos los días te dijo que sí.
  • Haber, estábamos de vacaciones, no le iba a decir que no... ¡Pero que no se acostumbre demasiado eh!
  • Tranquila Pau, sé que en época de clase no puedo contar contigo para ninguna fiesta...¡Suerte que con Carla sí!
  • ¡Claro que conmigo sí! ¿Cuándo es la primera?
  • ¡Oye! Yo también me apunto eh, la primera fiesta del curso es importante, ya me dijo Lucía que hay que empezar bien primero.
Entre bromas y riendo las tres entraron en el instituto, como siempre todo el mundo las miraba, eran las chicas guapas, divertidas y despreocupadas a las que todos admiraban; todo el instituto quería ser como ellas. Las tres chicas se sentaron en sitios seguidos y continuaron hablando, en ese momento nadie podía hacerlas callar. Siguieron pensando alguna fiesta para dar comienzo al nuevo curso, pensaron que podían organizarla ellas en la casa de alguna. ¡Iba a ser genial! ¡Sin duda, la mejor fiesta que iban a celebrar!
Pasaron así el resto de la mañana, bromeando, riendo, planeando la fiesta,pensando a quién invitar y dónde celebrarla, Lucía y Paula le contaron lo que habían hecho durante el verano y Carla se divertía con sus historias. Cuando le preguntaban que había hecho ella Carla contestaba que nada interesante, solo les contó que había roto con Raúl pero no les explicó los motivos, simplemente les dijo que no tenía ganas de hablar de eso. Para Carla fue un gran alivio ver que Raúl no había ido a clase, por suerte sus amigas y ella estaban en la clase A y él en la B.
Los siguientes días pasaron sin novedades, lo único raro fue que Raúl no apareció por clase en toda la semana, Carla empezó a preocuparse, sin que sus amigas lo notaran, claro está. No quería que se enteraran de que seguía enamorada de él, ni de que le pilló con otra, ni de las estupideces que estuvo apunto de cometer, ni de todo lo que le pasó por la cabeza en esos días de depresión. Resumiendo, ella no quería que sus amigas se enteraran de nada.
Antes de que pudiera darse cuenta ya había pasado la primera semana de clase, volvió el fin de semana, dos días de descanso. Durante esos días quedó con sus amigas y estuvieron planeando la fiesta, no sabían si invitar solo a 1º A o también a 1º B. La celebrarían el tercer sábado después de empezar las clases porque Lucía estaba sola en casa y podían hacer lo que quisieran ese sábado noche. Los padres de Lucía, a pesar de lo fiestera que es, confiaban en ella por lo que le dieron permiso para celebrar una pequeña fiesta de comienzo de curso. Las tres tenían muchas ideas en su cabeza, habría mucha gente, buena música, bebida y comida para todos,...
Con todo el tema de la fiesta Carla desconectó durante bastante tiempo de todos sus problemas, aunque ella en su interior seguía igual, sus amigas no sabían que le pasaba pero como son las personas que mejor la conocen algo sospechaban. Carla no sabía que el lunes siguiente iba a ser importante en su recuperación.

*Espero que os guste :) Aprovecho para recordar que si queréis podéis agregarme al tuenti (Loque Dice Una Mirada)  o seguirme en twitter (@LQDM_minovela) Gracias :D *

domingo, 1 de enero de 2012

Lo que dice una mirada. Capítulo 4.

Fue un día muy duro para ella, durante sus 16 años de vida había estado con bastantes chicos pero su primera relación seria fue con Raúl, estaba enamorada, enamorada de verdad... Lo que más le dolía era que todavía le quería, se daba cuenta de que era un amor completamente incorrespondido, que el ya tenía a otra mejor. Eran palabras duras que tendría que haber aceptado, pero no lo hizo y ese fue el primer error que cometió.
Después de esa fuerte ruptura Carla no volvió a ser la misma, se encerró en casa el resto de las vacaciones, casi no comía y empezó a adelgazar preocupantemente. No hablaba con sus padres, ellos estaban muy preocupados pero no sabían que hacer; hablaron con Lucía y con Paula, eran su esperanza. Cuando sus amigas le llamaban no cogía el móvil y, raro en ella, se desconectó también de las redes sociales. Para ella el mundo no existía, el problema era que para el mundo si existía ella; en ese mundo que ella ignoraba estaban todos sus seres queridos, familia, amigos,... y todos se preocupaban por ella. Era como si no pudiera hacer nada por ella misma, como si le faltara su espíritu, su alma, esa energía que tenía y que divertía tanto a sus amigas. Estaba loca, sí, loca de juventud. Pero esa juventud se había esfumado de repente, la chica joven, alegre y divertida se convirtió en una persona sin vida. Esa sonrisa que siempre estaba dibujada en su cara desapareció completamente, esos ojos verdes, brillantes y preciosos que tenía pasaron a ser unos ojos inexpresivos.
Ese mes y medio que pasó desde su ruptura con Raúl hasta que empezó las clases fue un auténtico infierno. Esa fuerte depresión no es buena a ninguna edad pero con 16 años es mucho peor, Carla se encerró en su mente, en su mundo, para ella fuera de su cuarto todo había desaparecido. Algunas noches se despertaba con pesadillas, había una que se repetía constantemente. En ese mal sueño Carla está rodeada de su familia y de sus amigos, todos le dicen que le quieren mucho, le dan abrazos y besos, ella está feliz. De repente se escucha un fuerte ruido, como una bomba y todos desaparecen. Después de esto, todo está en completo silencio, Carla se encuentra en un sitio completamente negro rodeada de sangre. La sangre está salpicada en el suelo con forma de corazón y Carla está en medio ella sola, llorando y muriendo por dentro.
Cuando soñaba esto, se despertaba llorando y gritando cosas como: “”Yo también te quiero” o “No te vayas, quédate conmigo”. Puede parecer exagerada una depresión así por una ruptura, pero este problema venía de antes, de mucho antes, esto venía de un gran problema en su infancia, algo que nunca terminó de aceptar y de lo que no hablaba con nadie. A esto también hay que sumarle que uno de los primeros días de esta depresión cometió un error muy grave, cuando se dio cuenta de lo que estaba a punto de hacer se hundió todavía más, ya no tenía ninguna esperanza de salir de aquel agujero.


* Espero que os guste :D Es un poco más corto de lo normal pero quiero dejaros con la intriga ;) *